El 17 de julio de 2018 será para siempre un día muy especial para Santi Cazorla. El jugador, que este verano ha regresado al Villarreal, volvía a pisar un terreno de juego 636 días después. Casi dos años de calvario en el que se vio sumido tras una complicación en la lesión que sufría en el tendón de Aquiles.

En el minuto 67 de un amistoso de pretemporada entre el Villarreal y el Hércules, el ex internacional español ha vuelto a sentirse futbolista.

Atrás quedan ocho operaciones y complicaciones derivadas de la lesión, como infección en el hueso y la necesidad de un injerto, que le mantuvieron en un drama constante en el que temía tener que retirarse del fútbol.

Cazorla se lesionó el 19 de octubre de 2016 en un partido de Champions League entre el Arsenal y el Ludogorets. Fue operado por primera vez en diciembre de ese mismo año, pero la fecha de su regreso se fue retrasando una vez tras otra.

"Con la lesión que tengo no sé si voy a volver a jugar al fútbol. Lo único que pienso es en disfrutar día a día para poder mejorar en la lesión, y ojalá pueda volver a jugar al fútbol a primer nivel que es lo que estoy intentando", confesaba, entre apenado y esperanzado, a las cámaras de BeinSports el pasado mes de mayo, cuando visitaba el Wanda Metropolitano para apoyar al Arsenal en su partido de semifinales de Europa League ante el Atlético de Madrid.

Ahora, más optimista que nunca, ve acabado su calvario en el Villarreal, club en el que se dio a conocer al mundo y que le ha devuelto la ilusión.